Mundial 2010: ¡España Campeona del Mundo!. Cuando toda España aún se frotaba los ojos pensando y saboreando el ser campeones de Europa, llegaba dos años después el Mundial de Sudáfrica. El listón estaba muy alto. Pero esta selección, con la base de Austria y Suiza, era un bloque sólido, brillante y con muy buen rollo. Una fórmula que le serviría para subir un peldaño más y proclamarse el mejor equipo del Mundo. Vicente del Bosque, que había sustituido a Luis Aragonés, juntó a un grupo de amigos que por un mes nos hizo olvidar la cruda crisis económica que azotaba al país.
Y eso que el Mundial no comenzó nada bien para los intereses españoles. Una ultradefensiva Suiza provocó que los cenizos desconfiaran de una selección que no había dado pie a ello. Arrancaba la cita mundialista con sorpresa negativa al ganarnos los helvéticos por 1-0. No obstante, Del Bosque supo atajar la ‘minicrisis’ y La Roja se levantó a lo grande. Victorias por 2-0 ante Honduras y 1-2 ante Chile y pasamos como primeros de grupo.
- En octavos de final nos tocó el peor rival posible, Portugal, que procedía del grupo de la muerte (con Brasil y Costa de Marfil). El equipo luso, comandado por Cristiano Ronaldo, lo puso difícil, sobre todo por su excesiva dureza, pero finalmente, David Villa frotó la lámpara e inventó un gol que nos metía en cuartos de final.
- De nuevo el muro infranqueable de cuartos. Salvo en el Mundial de Brasil 50, cuando la última ronda era un grupo de cuatro, España nunca había pasado de esta ronda en los Mundiales. Los españoles evocaban tragedias pasadas como el fallo de Julio Salinas en Estados Unidos 94 o el nefasto arbitraje en Corea 2002. Pero esta España podía con eso y con más. La sorprendente Paraguay se cruzaba en nuestro camino. Un rival menor pero que demostró el porqué estaba en esa ronda. Su defensa se hizo infranqueable, incluso Iker Casillas, sí de nuevo él, tuvo que detener un penalti que dio alas a sus compañeros. Así, a falta de siete minutos para el final, Villa hacía de las suyas y batía a Justo Villar. Nuevo paso adelante.
- España pisaba territorio virgen. El pase a semifinales ya era un logro, pero este combinado tenía hambre de títulos y quería mucho más. Enfrente de nuevo Alemania, a quien habíamos vencido dos años antes en la final de la Eurocopa. El encuentro fue igual de duro que el de Viena. Los germanos eran fuertes atrás y tenían pólvora adelante. Nuestros delanteros no tenían su día, por lo que tuvo que surgir un defensa para derribar el muro. El eterno Puyol, con su melena al aire, se elevó por encima de la zaga teutona y metía en la final a todo un país.
- No se podía pedir más. El combinado de Del Bosque prolongaba el sueño de ser los mejores del Mundo. Países Bajos era el último obstáculo. Y no fue nada fácil. La final de Johannesburgo será recordada por la excesiva dureza con la que los ‘tulipanes’ se emplearon. En la retina aún perdura la patada de karate que De Jong impactó en el pecho de Xabi Alonso y que no mereció ni tarjeta a criterio del inglés Howard Webb. La dureza se imponía a la clase. 90 minutos no fueron suficientes para decidir el campeón, por lo que se tuvo que ir al tiempo de prolongación. Y cuando Del Bosque ya pensaba en los jugadores que lanzarían los temibles penaltis, surgió el genio de Fuentalbilla, Andrés Iniesta, que aprovechó un pase de Cesc para batir a Stekelenburg. Iniesta de mi vida, como le bautizó José Antonio Camacho, nos hacía las personas más felices del mundo. España tocaba el cielo futbolístico un 11 de julio de 2010. 23 hombres pueden presumir de ser campeones del mundo: Casillas, Reina y Valdés. Albiol, Arbeloa, Capdevila, Marchena, Piqué, Puyol y Sergio Ramos. Xabi Alonso, Busquets, Cesc, Iniesta, Javi Martínez, Silva y Xavi. Navas, Pedro, Llorente, Fernando Torres, David Villa y Mata
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El Mundial de Sudáfrica ha pasado a ser la página más excelsa de la historia del deporte nacional. Solo otras hazañas como las de Miguel Indurain, Rafael Nadal o la selección de baloncesto pueden estar al alcance. Pero el fútbol en España es intocable. Por eso, ese día toda España fue un poco más feliz.
