MasterChef: María compra el billete de vuelta a casa [VÍDEO]

Maria
MasterChef: María compra el billete de vuelta a casa. A la aspirante la condenó la falta de confianza en sí misma que ha demostrado a lo largo del programa y que dio como resultado un plato incompleto y sin ninguna coherencia en la “Prueba de eliminación”. María tuvo un gran reto por delante en el que estaba obligada a crecerse porque se enfrentó a tres rivales fuertes: Juan Manuel, Cerezo y José David, capitán en la “Prueba por equipos”, que pecó de exceso de confianza (prepotencia) al menospreciar al equipo rival y a los comensales, lo que puso a sus compañeros en la cuerda floja.

Esta vez, bajo la “Caja Misteriosa” se escondía una amplia variedad de vegetales de la huerta murciana, un reto complicado en el que fue muy importante la creatividad para no cocinar un plato plano y sin identidad. Los aspirantes se concentraron al máximo en una prueba muy dura, no sólo por la dificultad del reto, sino porque ya sólo quedan ocho aspirantes, tras la marcha de Noé y José Luis, y todos coincidían en que el compañerismo del principio se había olvidado y cada vez salía más a relucir la cara más competitiva de cada uno.
 
Una de las aspirantes a las que pasó factura la creciente tensión fue Clara, a la que no estamos acostumbrados a ver entre las peores pero que esta vez lo estuvo: “Este plato te pilla en una ‘Prueba de eliminación’ y estás fuera”, le dijo Pepe. Junto a Clara estuvo un habitual, Fabián, y otro menos habitual, Juan Manuel.
 
En el extremo opuesto estuvieron José David y Eva, que fueron los mejores de la prueba y, por lo tanto, los capitanes de la semana. José elaboró una ensalada con verduras de temporada que Pepe no dudó en calificar como un “plato de alta cocina” y Eva cocinó una lasaña de verduras que para el juez era totalmente opuesto, más tradicional, aunque ambos guardaban una similitud, eran platos de una buena cocina, de calidad. El ganador de la prueba fue José David, que tuvo la ventaja de elegir de golpe a los tres integrantes de su equipo: Juan Manuel, Cerezo y María; mientras que Eva formó equipo con Clara, Fabián y Maribel.
 
La prepotencia de José David le dio en las narices
 
Los aspirantes viajaron hasta Hondarribia, ya que antes de ir a San Sebastián tuvieron que pescar las anchoas con las que trabajarían en la “Prueba por equipos”. Una vez en Donosti debían cocinar para 43 pescadores que votarían el mejor plato. El equipo rojo, comandado por José David, elaboró un pincho con la anchoa, mientras que el equipo azul se decantó por cocinar la anchoa en tempura.
 
José David se vio ganador desde que eligió a los integrantes de su equipo porque según comentó en el equipo azul se quedaron todos los malos y en el suyo estaban los buenos, aunque a la hora de la verdad su soberbia, nervios y sus constantes enfrentamientos con Cerezo dieron como resultado un trabajo caótico. El aspirante incluso se permitió el lujo de hacer caso omiso de los consejos de Jordi, que le advirtió de que las anchoas estaban crudas, porque para él tenían el sabor que estaba buscando.
 
En el equipo azul sucedía todo lo contrario, Eva se mostró como una gran capitana y dirigió a un equipo humilde, ordenado y creativo, a pesar de que su plato parecía, a priori, más fácil y menos original, pero lo cierto es que Eva supo leer mejor que el equipo rojo para quién cocinaba y qué era lo más coherente. Todos estas cualidades se materializaron en que el equipo azul fue el ganador de la “Prueba por equipos” para decepción del equipo rojo, que no sólo se quedaban sin la Masterclass de Pedro Subijana, sino que tuvieron que limpiar las dos cocinas. Aun así, José David demostró su falta de humildad y su mal perder al afirmar que “el pescadero rudo no ha entendido un plato más exquisito, más novedoso. Ha ganado el peor”.
 
Coca catalana en la «Prueba de eliminación»
 

 
En la “Prueba de eliminación” el jurado propuso la elaboración de una coca catalana, a la que debían dar personalidad y tener especial cuidado en la elaboración de la masa. El mejor de la prueba fue Juan Manuel, al que los jueces reconocieron su indudable evolución, y que subió directamente las escaleras que le salvaban de la expulsión.
 
María, Cerezo y José David se quedaban en la cuerda floja con tres platos muy flojos. José David, a pesar de considerase muy por encima del resto de sus compañeros, se equivocó a la hora de elaborar la masa, aunque no le faltaron florituras y palabras rimbombantes para nombrar su plato, por lo que los jueces le dijeron que se dejara de palabras técnicas y empezase a trabajar en el sabor.
 
Finalmente, Eva González, presentadora del programa, dio el nombre de la expulsada de la noche, María, que se pasó con el tiempo de horneado y dejó la masa muy seca, aunque el principal fallo en el que coincidieron los jueces fue su falta de confianza en sí misma y el miedo que tenía en cada prueba.

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